Quizá por eso esos pies bailan solos
o quizá fue el toque de alguna hada
lo que les dio ese halo de misteriosa perfección
Quizá esos pies tienen un nicho
en la casa de un foot-fetish que no deja que se maltraten
o quizá es por el vértigo que esos pies que no tocan el piso
por que ella es en verdad hermosa
Quizá esos pies sólo sean el milagro
de algún santo metido en estas perversiones
o quizá esos pies oníricos
sólo viven en los cuentos eróticos
Quizá esos pies son la máxima obra de arte
de algún buen cirujano plástico
Quizá esos pies tienen pacto con el diablo
o con algún demonio al ras del piso
o quizá esos pies sólo viven
en mis más conflictivas aberraciones
Quizá esos inmaculados pies
sean una señal acerca del fin del mundo
¿ Por qué son tan tersos y rosados esos pies ?
es cierto que no cargan mucho peso
porque ella es muy delgada
y airosa como toda mujer de la frontera
Ella se pinta las uñas
porque sabe que idolatro sus pies
viernes, 18 de diciembre de 2009
martes, 8 de diciembre de 2009
La calle que va al puente
Un borracho tirado en la acera
En la calle que va al puente
Y es que la soledad
Es siempre la soledad aunque pague en dólares
Hay unos ojos en donde el tiempo se detiene
El silencio es desprecio
Y la realidad se tiñe de verde
Hay unos ojos que son luz cuando oscurece
Y una mujer de lento andar
Que se lleva las miradas
Ciudad Sur descalabra los sueños
Y un gringo juega a la democracia
Encerrado en su pajarera
Hay unos ojos de este lado del puente
Que no dicen nada
Y su silencio es insultante
Hay una vida que no dice nada
Y se ahoga en poemas cuando ella calla
Hay una vida que sin ella no vale nada
En la calle que va al puente
Y es que la soledad
Es siempre la soledad aunque pague en dólares
Hay unos ojos en donde el tiempo se detiene
El silencio es desprecio
Y la realidad se tiñe de verde
Hay unos ojos que son luz cuando oscurece
Y una mujer de lento andar
Que se lleva las miradas
Ciudad Sur descalabra los sueños
Y un gringo juega a la democracia
Encerrado en su pajarera
Hay unos ojos de este lado del puente
Que no dicen nada
Y su silencio es insultante
Hay una vida que no dice nada
Y se ahoga en poemas cuando ella calla
Hay una vida que sin ella no vale nada
sábado, 5 de diciembre de 2009
TODA CIUDAD QUE SE RESPETE
Toda ciudad que se respete
tiene un viejo sentado en la plaza principal
y este viejo sabe todo lo que pasa
en la ciudad.
Una tarde pasé junto al ciego de la plaza,
me detuvo y dijo tú la buscas ¿verdad?.
Él me conocía, te conocía;
sabía toda esa historia
de madrugadas sobre el río,
noches en el "Express Cervezas 'n tequilas".
Conocía los olores de los animales en celo,
la arritmia crónica de tu taconeo y
las frases que siempre usas cuando haces el amor
-"nunca me dejes"-.
Esta es una ciudad pequeña
que se enciende al conocer tus historias.
Luego siguió hablando del color del mar y del invierno,
de esas montañas que nunca se ven,
de esa extraña luz que se aparece en tus bosques,
de los jeroglíficos que dibujé un día en tu espalda
y del significado de las estrellas de mar.
Cuando habló del deseo glaciar
me convencí que hablaba de ti
y me fui a caminar por los suburbios.
tiene un viejo sentado en la plaza principal
y este viejo sabe todo lo que pasa
en la ciudad.
Una tarde pasé junto al ciego de la plaza,
me detuvo y dijo tú la buscas ¿verdad?.
Él me conocía, te conocía;
sabía toda esa historia
de madrugadas sobre el río,
noches en el "Express Cervezas 'n tequilas".
Conocía los olores de los animales en celo,
la arritmia crónica de tu taconeo y
las frases que siempre usas cuando haces el amor
-"nunca me dejes"-.
Esta es una ciudad pequeña
que se enciende al conocer tus historias.
Luego siguió hablando del color del mar y del invierno,
de esas montañas que nunca se ven,
de esa extraña luz que se aparece en tus bosques,
de los jeroglíficos que dibujé un día en tu espalda
y del significado de las estrellas de mar.
Cuando habló del deseo glaciar
me convencí que hablaba de ti
y me fui a caminar por los suburbios.
jueves, 3 de diciembre de 2009
CAPERUCITA BESTIAL
A la vuelta de un instante
tres cabezas ruedan por el suelo.
Mi psicoanalista
me regaña.
Ella va de Lolita por la vida.
Su mirada me despelleja de toda realidad.
Nunca he sido una buena persona,
pero,
Ella se muerde los dedos al hacer el amor.
No creo en el fetichismo,
mas,
zapatos negros de tacones altos,
Ella va de látex y cuero
y nunca ha sido una buena persona.
Altera el orden de las cosas.
Repto sigiloso por el canto de mentiras
que brota de su cuello.
Hay restos de amor en el lunar detrás de su cabellera
y yo aún buscando el ridículo traje de arlequín
entre los cadáveres de siempre.
Un último vistazo a su ombligo.
La falda negra de piel ya está rota y desgarrada.
Un cero a la izquierda del tiempo,
a mano derecha su hombro
y "AIRES DEL TIEMPO" al dormir.
Una prostituta y un infeliz
mueren cada noche en la ciudad.
Me desvisto al amanecer.
Mi psicoanalista
sugiere suicidio.
tres cabezas ruedan por el suelo.
Mi psicoanalista
me regaña.
Ella va de Lolita por la vida.
Su mirada me despelleja de toda realidad.
Nunca he sido una buena persona,
pero,
Ella se muerde los dedos al hacer el amor.
No creo en el fetichismo,
mas,
zapatos negros de tacones altos,
Ella va de látex y cuero
y nunca ha sido una buena persona.
Altera el orden de las cosas.
Repto sigiloso por el canto de mentiras
que brota de su cuello.
Hay restos de amor en el lunar detrás de su cabellera
y yo aún buscando el ridículo traje de arlequín
entre los cadáveres de siempre.
Un último vistazo a su ombligo.
La falda negra de piel ya está rota y desgarrada.
Un cero a la izquierda del tiempo,
a mano derecha su hombro
y "AIRES DEL TIEMPO" al dormir.
Una prostituta y un infeliz
mueren cada noche en la ciudad.
Me desvisto al amanecer.
Mi psicoanalista
sugiere suicidio.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
DULCE ESTACION DE LAREDO
Un eco sepulcral, propiamente dicho.
Un viento helado parte la ciudad,
aves de rapiña por la estación de Laredo.
Un jadeo rítmico, casi imperceptible.
El país termina a unas cuantas calles
y empiezan o acaban los resentimientos;
en el anden la luz es más tenue.
Dulce vende su cuerpo por 40 dólares,
sólo tiene catorce años.
En la maquiladora trabajan horas extras,
un sueldo así no alcanza para nada,
es monótono, aburrido,
la línea no debe parar.
El río le dibuja la cintura a la ciudad,
silueta convexa casi perfecta.
Dulce sueño americano.
La fabrica cansa, hastía, trastorna;
a veces hay deseos de ser alguien.
Pretexto varios amores idos,
una niña no volvió a su casa,
una campana de cristal se rompe contra el suelo.
La inocencia se pierde en cada esquina.
Dulce estación de Laredo,
el corpiño va de blanco a rojo.
Un viento helado parte la ciudad,
aves de rapiña por la estación de Laredo.
Un jadeo rítmico, casi imperceptible.
El país termina a unas cuantas calles
y empiezan o acaban los resentimientos;
en el anden la luz es más tenue.
Dulce vende su cuerpo por 40 dólares,
sólo tiene catorce años.
En la maquiladora trabajan horas extras,
un sueldo así no alcanza para nada,
es monótono, aburrido,
la línea no debe parar.
El río le dibuja la cintura a la ciudad,
silueta convexa casi perfecta.
Dulce sueño americano.
La fabrica cansa, hastía, trastorna;
a veces hay deseos de ser alguien.
Pretexto varios amores idos,
una niña no volvió a su casa,
una campana de cristal se rompe contra el suelo.
La inocencia se pierde en cada esquina.
Dulce estación de Laredo,
el corpiño va de blanco a rojo.
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