
OLIVIA DEJA RASTRO
I
Un haz de luz en medio de la penumbra
nos dice mucho o poco, Olivia,
todo depende del onírico lugar
donde dejamos los sentimientos.
Cierra los ojos y empieza a andar la frontera.
Un haz de luz corta perpendicularmente
la emplomada oscuridad de nuestro cuarto,
la luz de la mañana muestra una frontera
convertida en ruinas,
débil y ojerosa.
Usurpamos sueños difusos.
La vida se está volviendo inasible,
En estos momentos, al menos,
tengo tu cintura.
Un rayo de sol en medio de la oscuridad del cuarto
con su vulnerabilidad matinal
ha impregnado de desconfianzas
las efímeras celosías de este amor.
Es noviembre y el frío hace jirones la mañana.
II
Hay días que una sonrisa con el labial corrido lo dice todo,
luego hay que limpiar el rostro para quitar la pintura triste,
escribir nuevos poemas desgarradores,
hacer herir la memoria, luz silenciosa de invierno,
incesante desfile de nostalgias,
el frío hace llagas de miedos y pequeñas pesadillas.
Hoy no digo nada que pueda abrir recuerdos.
Una pequeña caja de soledad sobre tu regazo,
decorada con la desagradable aspereza de la verdad.
Un poco de muerte
sobre el cielo amarillo
de esta tarde gris.
La frontera se quiebra en las manos del invierno.
Hay una luz que cada vez está más lejos
luego la exasperante oscuridad que nos recuerda
que en medio del desierto estamos solos y ciegos.
III
Olivia desnuda.
Un haz de luz amarillento en la penumbra
roza sus vanidosos muslos,
la tarde toma el sabor a datil de su sexo.
Olor a nueces por la calle.
Me paro en una esquina de la ciudad donde se acaba la patria.
Los relojes apuran el paso.
La frontera se cierra entre miradas de gente que pasa.
La convulsa sobriedad del río Bravo pesa.
Del zócalo de la ciudad de México
al puente de Laredo la distancia se cuenta en vidas.
Se pudiera contar en noches o calaveras,
pero, sería muy complicado.
Una vida equivale a un sueño
Esta es la vida de todos los que se derrumbaron en el camino,
por eso la carretera se anega de polvo.
por eso muchas muertes se cubren de polvo,
por eso todos los pasos pululan en polvo.
Por eso el tosco camino
es tan silencioso.
Las mentiras duelen en la piel.
La frontera se cubre con rostros en ruina.
Un haz de luz en medio de la penumbra,
los brazos desnudos de Olivia.
El adiós es lo más cruel en estas tardes.
Camino por la calle de los silencios
Sin rumbo.
El tren se escucha lejos
Ha empezado a helar.
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