domingo, 11 de octubre de 2009

Lunes soledad

Hay un animal caído,

no un palacio.
O. Lamborgini



Lunes soledad
Y es sólo para mí la ciudad,
pero hoy me quedan grandes
los zapatos de aventurero.
Me refugio en mi casa de espejos ocres
que sólo pueden reflejar los gajos sucios
de este abandono
de frío y paredes mal pintadas.

Lunes soledad
Y nadie llama a la puerta,
la casa está vacía,
tu taconeo no se oye.
El muérdago del desdén carcome mis manos,
tu boina aún se empolva junto al perchero,
el ruido que viene de afuera
es lo más perecido a la vida
en esta casa.

Lunes soledad
Bebo ron y me tiro a la cama.
Es un juego absurdo el desaparecer de pronto
de las cartas y las fotos;
y de ese martes en que prometiste
luz en los oscuros andamios del miedo.

Lunes soledad
Y no encuentro tu ventana,
ni el azul cielo de tus giros,
ni tu fácil desenvainar los gestos.
Aún puedo oír las voces de noviembre
y saborear tus días de asueto.
Todo esta oscuro y en silencio.

Hay lunes como hoy
que sólo son de obituario.

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